El estilo y ornamento brindan una vista en el tiempo y cómo se diseñaba en el pasado. Cada estilo es único para cada época del tiempo, de esta manera podemos educarnos en historia usando la arquitectura de referencia. Aunque el estilo y los ornamentos de un edificio no necesariamente contribuyen funcionalidad a la estructura, sí proveen estética y un sentimiento artístico. Cada estilo arquitectónico involucra sus propios ornamentos distintivos y un tanto únicos a cada uno.
El estilo brinda armonía y originalidad, lo cual es útil al momento de hacer reconocible una estructura a primera vista. Los estilos arquitectónicos son una expresión artística que demuestran la historia de la humanidad para definir y representar épocas, lugares y corrientes a lo largo y ancho de todo el mundo. Hay muchos tipos de estilos arquitectónicos que se han desarrollado durante el transcurso del tiempo. Estos han sido distinguibles no tan solo por la estructura de las fachadas, sino por el tipo y la cantidad de ornamentos que este utilice.
Los ornamentos son elementos decorativos que se colocan en la fachada. Históricamente, estos ornamentos eran relación con dios y diferentes religiones, pero actualmente se pueden utilizar solamente de forma decorativa. La ornamentación es distintiva de cada estilo y del mensaje que se quiera convocar. Sin embargo, en la mayoría de los casos se colocaban para relacionar la construcción con dios.
El gusto de cada arquitecto a través de la historia queda plasmado en el estilo de la época. Gracias a la colaboración entre la arquitectura y los ornamentos, se pueden distinguir los diferentes estilos e identificar a qué época pertenecen. Estos estilos contribuyen a diferentes culturas y tradiciones que permites una mirada diferente a lo que la arquitectura le brinda a la historia de una comunidad y sus tradiciones. Por ende, el estilo y ornamento no es solo un reflejo del arquitecto, sino también un reflejo de la cultura y época.
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